Si sumamos la recomendación de beber 8 vasos de agua diarios y las evidencias que muestran que este agua contiene microplásticos y otros componentes tóxicos para el organismo, ¿qué estamos bebiendo? ¿O qué debemos beber?
Estamos ingiriendo desde cloro, cloraminas, trihalomentanos, arsénico, plomo, mercurio, derivados del petróleo, plaguicidas, pesticidas,… Y un largo y preocupante etcétera. El agua potable tiene una presencia autorizada (Real Decreto 140/2003 del 7 de febrero) de compuestos tóxicos para nuestro organismo.
Y aquí es cuándo llega el famoso efecto cóctel. Una exposición continua y prolongada a varios tóxicos y el efecto acumulativo de estos, desde lo que respiramos, lo que comemos o bebemos, con lo que nos vestimos, con lo que nos duchamos,…