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La vital importancia de un buen agua en nuestras vidas
Dra. María Monsalve
Científico Titular CSIC
Jefe de Grupo de Investigación del Instituto de Investigaciones Biomédicas “Sols-Morreale” IIBm (CSIC-UAM) Consejo Superior de Investigaciones Científicas – Universidad Autónoma de Madrid
Cuando un consumidor se plantea una compra de un producto alimenticio, el primer determinante suele ser cuanto le duele al bolsillo, y no cuanto impacta el consumo de un determinado alimento o bebida en la salud. Al gran público le cuesta medir el hoy y ahora me ahorro un dinero, y mañana quien dirá. Las nociones de comida o bebida saludable, por muy “científicas” que parezcan, se quedan como consideraciones etéreas que poco tienen que ver con el hoy y el ahora.
Por eso es importante que los que nos dedicamos a esto de la ciencia podamos medir de la manera más fiable posible ese impacto de la comida y la bebida en nuestra salud, y que podamos sopesar mejor el balance ahorro ahora, me enfermo más tarde.
Y esto es especialmente cierto en el caso del agua. Nos han machacado tanto con ideas como que comer grasa y azúcar en exceso es malo mientras que tomar fruta y verdura es bueno, que lo hemos ido integrando en nuestro día a día, pero con el agua es otra cosa. Se bebe agua envasada porque la del grifo con frecuencia sabe mal pero, ¿tenemos claro que merezca la pena tomar un tipo de agua y no otro? ¿Está claro que el agua envasada sea mejor que la del grifo? ¿Sirven para algo los filtros? ¿Son mejores unos que otros?
La respuesta rápida es que hay una gran diferencia y un gran impacto en nuestra salud. El agua del grifo va tratada para evitar el crecimiento de bacterias y viaja muchos kilómetros por cañerías difíciles de mantener impolutas. El agua envasada está expuesta a plásticos que liberan moléculas tóxicas en el agua. ¿Quién no ha sentido la revulsión del sabor a “lejía” del agua del grifo, o el “sabor a plástico” del agua embotellada alguna vez? No hace falta saber de estudios científicos para imaginarse que esto no puede ser muy sano, pero ¿qué hacer?
Los filtros Alkanatur permiten una limpieza del agua del grifo que restaura su equilibrio iónico natural, pero la pregunta es si esto nos va a ayudar en algo. Nuestro grupo lleva muchos años estudiando el impacto de cómo las alteraciones en el organismo entre oxidantes y antioxidantes afectan en la salud humana. Por ello, apostamos por los filtros Alkanatur y decidimos poner el agua Alkanatur al test más difícil para demostrar su efectividad: el desarrollo de tumores. ¿Por qué tumores? Lógicamente porque aunque las toxinas presentes en los alimentos y las bebidas pueden tener muchos efectos dañinos, el desarrollo de tumores es probablemente el tipo de patología en la que las toxinas impactan en mayor medida y no hace falta resaltar la gravedad de este tipo de enfermedades.
Realizar el estudio en humanos sería extremadamente difícil, caro y llevaría muchos años el efectuarlo adecuadamente, por lo que usamos un modelo en ratones. Les dimos de beber a la mitad agua Alkanatur, y a la otra mitad, agua de grifo, de Madrid. Desde el momento en que dejan de beber leche materna, y al llegar a la edad adulta, en ratones unas 12 semanas, trabajamos varios tumores mediante tres protocolos distintos que pretendían valorar primero cómo el ratón se defendía de un tumor primario (células tumorales), segundo, cómo se defendía de una metástasis y tercero, su capacidad para defenderse de que las células propias del hígado se volvieran tumorales desarrollando un hepatocarcinoma inducido por dieta, mediante la alimentación con dieta grasa y el tratamiento con agentes carcinógenos.
Los primeros resultados los obtuvimos con los tumores primarios, y el resultado fue evidente nada más extraerlos del animal. Mientras que los tumores desarrollados en ratones tratados con agua Alkanatur estaban bien encapsulados, los de los ratones tratados con agua de grifo eran altamente irregulares y hemorrágicos. Estas características apuntaban a que el organismo se había defendido mejor cuando tomaba agua Alkanatur, había contenido mejor el tumor primario y estaba en condiciones de prevenir mejor que las células tumorales salieran al torrente sanguíneo iniciando una metástasis. Así que lanzamos el segundo test de formación de nódulos pulmonares metastáticos, y nada más extraer los pulmones, pudimos observar las diferencias: los ratones tratados con agua Alkanatur formaban menos nódulos pulmonares que los ratones tratados con agua normal, indicando que el ratón que bebía el agua filtrada se defendía mejor del desarrollo de las metástasis.
Los resultados en los tumores hepáticos confirman que con el agua filtrada Alkanatur, la angiogénesis tumoral (vasculatura asociada al tumor) es de mejor "calidad". Esto es, tiene características generalmente asociadas a un menor riesgo de metástasis.
Estos resultados confirman las observaciones del estudio de xenograph (tumor primario inducido), donde se observó lo mismo: peor vasculatura, asociada a un mayor número de hemorragias, en los ratones que tomaron agua del grifo. Lo que generalmente indica mayor riesgo de metástasis.
Tras realizar este estudio, los científicos que colaboramos hemos sido los más sorprendidos por la magnitud de los cambios observados. Estamos acostumbrados a ver que tal cosa o tal otra empeora o mejora algo un poquito… Aquí no había poquitos, eran cambios muy dramáticos y claros, que evidencian la importancia del agua, de un buen agua en nuestras vidas.
Os compartimos un artículo muy interesante del País dónde nos cuentan que "el genoma del ratón, que se presenta hoy en la revista Nature, revela que este modesto roedor tiene también 30.000 genes, y que comparte al menos el 99% de ellos con el ser humano":
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(*) ADVERTENCIA: Basados en la información científica disponible. Las menciones no han sido evaluadas por EFSA. Con nuestra agua no se tiene la intención de diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad.