Un enfoque innovador aunque no nuevo, se está promoviendo cada vez más en Chile entre los pacientes de enfermedades asociadas a desequilibrios en la alimentación, la forma y estilos de vida. “Hoy día se empieza a descubrir que los problemas de metabolismo del azúcar, que nosotros llamamos Diabetes, son por el déficit que tenemos de no producir Vitamina C desde el azúcar, por eso esta se acumula”, indica el Doctor Alejandro Stevens, fundador y director médico del Centro de Medicina Biológica de Chile.
La mayor parte de los animales sintetizan desde el azúcar la Vitamina C. Sin embargo, los seres humanos y otras especies perdieron la capacidad de sintetizar el azúcar para convertirla en Vitamina C, por lo que deben obtenerla de manera exógena de los alimentos. La Vitamina C, entre otras funciones, es esencial para la producción de colágeno, y su carencia provoca enfermedades llamadas “colagenopatías” o mesenquimopatías como la esclerodermia, lupus o la artritis reumatoide, entre otras.
Tradicionalmente, los médicos especialistas tratan estas enfermedades pero no asumen que pueden deberse a una falta de Vitamina C.
El doctor Stevens destaca que lo tradicional es creer que la “Vitamina C debiera venir en frutas y verduras, pero el porcentaje de absorción en el ser humano, también es bajo. No más allá de un 10 a 12% de lo ingerido de la Vitamina C se absorbe. Es un problema no inherente a la Vitamina C, sino que inherente a la mucosa que está inflamada por lo que comemos”, explica.
Este síndrome inflamatorio de las mucosas digestivas, se debe a que comemos alimentos que no debemos y al mantenerse inflamada la mucosa, también la Vitamina C se absorbe poco. Los alimentos más dañinos son los lácteos, el azúcar, la harina blanca de trigo y almidones.
El déficit crónico de Vitamina C en el ser humano moderno, ha dado paso a un pseudo escorbuto, similar a la enfermedad de los marineros que al atravesar océanos, pasaban meses sin consumir frutas frescas, por lo que tenían déficit de esta vitamina.
En síntesis, el Doctor Alejandro Stevens señala que “juntando todas esas características, como por ejemplo que nosotros no producimos Vitamina C, y que la que recibimos de frutas y verduras está oxidada por la cadena de frío por las que éstas pasan, tenemos así un déficit crónico de Vitamina C que se expresa como un pseudo escorbuto”. Entre sus síntomas se cuenta la inflamación gingival, caída de pelo, piel reseca, entre otros.