En nuestro organismo, el pH está presente en 3 elementos: sangre, saliva y orina.
El pH en la sangre se mantiene prácticamente inalterado con valores entre 7,35 y 7,45 y debe mantenerse así siempre porque podría acarrear graves problemas de salud. Aunque pueden existir un conjunto de sucesos por los que puede desequilibrarse, por suerte el equilibrio del pH en sangre es muy difícil de variar.
En la saliva, si el pH tiene hacia la acidez, puede ocasionar multitud de problemas que van desde molestos como lo son las caries o manchas en los dientes hasta graves. Se ha demostrado que cuando hay placa bacteriana y saliva ácida, la presencia de una bacteria llamada Helicobacter Pylori es probable y está muy asociada con el desarrollo de gastritis crónica y úlceras duodenales. Además, puedes ser un indicador de acidosis, enfermedad asociada al pH de la sangre.
Por último, el pH en la orina es un indicador importante para evitar males como la litiasis úrica o comúnmente llamado “cálculos” que son susceptibles a aparecer cuando ese pH está por debajo de 6,5. A su vez también y tal como en la saliva, un pH ácido en la orina puede llegar a indicar un estado de acidosis.
Por todo lo anterior, queremos darte 5 consejos equilibrar tu pH: