La clave para la longevidad está en tu dieta

La clave para la longevidad está en tu dieta

Uno de los propósitos de la vida es vivir mucho, y además de mucho, vivir sanos. Como ya decía el médico griego Hipócrates en el año 460 A.C., "que tu alimento sea tu medicina y tu medicina tu alimento", y tal afirmación no ha dejado de tener validez con el paso de los siglos.

La clave para la longevidad parece que la tiene la dieta Hunza, una dieta que bebe –literalmente– de la dieta alcalina, con tanto en común que se complementan la una a la otra. 

El nombre de la dieta Hunza proviene directamente de este lugar, el valle de Hunza, ubicado en Pakistán y con una tribu compuesta por 30 mil personas. Su estilo de vida ha hecho eco en todo el mundo y supone un ejemplo relevante para nuestra sociedad occidental.

Los habitantes de este valle son los más longevos del mundo, llegando la mayoría de su población a la centena de años y una cantidad relevante de habitantes incluso han llegado a cumplir la asombrosa cifra de 130. 

Se ha determinado que las causas de fallecimiento de esta población son en su mayor parte la vejez, y no se achacan a enfermedades, las cuales sí son, y cada vez más, un motivo de fallecimiento en otros países, especialmente enfermedades estrechamente relacionadas o que pueden empeorar a causa de la alimentación, como las cardiopatías o la diabetes. 

Ser felices

La primera clave es el mayor reto de la sociedad actual. La felicidad y el estilo de vida de esta población es lo que les ayuda a vivir más años que la mayoría del resto del mundo. 

Muchos ancianos continúan practicando deporte y su aspecto es más jovial que el de la mayoría de similares en edad de otros países o poblaciones. 

Alimentación orgánica y agua alcalina

Esta segunda clave es más tangible. 

Su alimentación básica consiste en vegetales –primando el color verde– y frutas de temporada. Mayoritariamente los consumen directamente crudos y frescos y pocas veces los calientan, cuecen o los preparan al vapor. 

Complementan su dieta con queso de oveja y granos germinados en los meses más fríos de invierno. 

Al consumir productos muy bajos en grasas saturadas ayudan a prevenir enfermedades como la gota, la artritis reumatoide, los cálculos renales, la diabetes, los problemas cardiovasculares o la osteoporosis, entre otras.

Beben agua alcalina. Consumen un agua con un pH alto y rica en minerales directamente del glaciar. Un agua natural, libre de tóxicos, con muchas propiedades beneficiosas. 

Ejemplo para otras sociedades

El médico británico Robert McCarrison y ex director del Consejo de Nutrición de la India convivió con los habitantes del valle de Hunza durante un período de tres años. Durante el tiempo que compartió con ellos no detectó ningún caso de cáncer, úlcera gástrica, apendicitis u otro tipo de enfermedad relevante. La belleza y buena constitución de los habitantes también le resultó llamativo. 

Después de convivir directamente con esta comunidad, conocer personas de todas las edades, su dieta, sus costumbres, su trabajo, McCarrison concluyó que la clave fundamental de su vitalidad, longevidad y por ende, belleza, residía en su alimentación. 

También observó que otras poblaciones vecinas, con condiciones climáticas muy similares pero con alimentaciones diferentes sí padecían enfermedades y su tasa de esperanza de vida era considerablemente menor a la de los Hunza. 

Gracias a McCarrison surgió una adaptación de la dieta de los Hunza a otras culturas, según publicó un estudio del Instituto Biogénesis de Nutrición Ortomolecular -consultar estudio-. 

Adaptación a nuestra sociedad

Es difícil llevar un estilo de vida como el de los Hunza, especialmente en sociedades modernizadas donde el ritmo de vida es demasiado rápido. Sin embargo, podemos tratar de adaptar lo máximo posible sus buenas costumbres a nuestra vida, empezando por nuestro plato.

Según diferentes estudios podemos basar nuestro plan de alimentación en tres pilares realmente sencillos –y baratos–.

1. Frutas y verduras, primando aquellas de temporada.

2. Alimentos prebióticos, como kéfir o verduras fermentadas. 

3. Agua alcalina, y si tiene propiedades antioxidantes, mejor.

Se puede incluir un consumo pequeño de carne e incluir algunos alimentos lácteos como el yogur o la leche. 

Por supuesto se ha de dejar de lado el azúcar, hidratos de carbono refinados y procesados y complementar nuestra dieta haciendo ejercicio de forma regular para mantenernos más felices, reducir los niveles de estrés y ansiedad y mejorar nuestra motricidad. 

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(*) ADVERTENCIA:

Basados en la información científica disponible. Las menciones no han sido evaluadas por EFSA. Con nuestra agua no se tiene la intención de diagnosticar, tratar, curar o prevenir ninguna enfermedad.

Alkanatur aconseja llevar una dieta equilibrada y variada.

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