Para la medición del pH se apoyan en una escala bastante simple que va del desde el número 1 al 14, siendo 1 lo más ácido y el 14 lo más alcalino. El número 7 al ser el punto medio es considerado el pH neutro.
PH del agua:
Medir el pH del agua es uno de los principales pasos en su tratamiento para posterior consumo. En líneas generales se suele medir el pH del agua superficial de ríos, lagos y manantiales que suelen estar entre los valores 6.5 y 8.5. El agua con un pH inferior a 6.5 se considera corrosiva y por lo tanto dañina. Un agua con estas características ocasiona daños a las tuberías, produciendo óxido en estas y alterando a su vez la coloración del agua tornándose un poco amarillenta.
Produciría así manchas en la ropa y griferías en su uso doméstico y estaría contraindicada para su consumo ya que además de todo lo anterior, puede producir el arrastre de metales pesados como plomo, mercurio y cobre.
El agua alcalina por el contrario no representa mayores riesgos para la salud. Sin embargo, sí posee ciertas características que no son del todo agradables para muchos como su sabor levemente salado que puede alterar el sabor de comidas como el café, por ejemplo.
Por tanto, el pH del agua además de ser importante para saber si es apta para el consumo, permite conocer también la proliferación de determinadas bacterias y parásitos que tienen ciertas preferencias por determinados niveles de pH.
A nivel de las políticas de salud públicas en el manejo y prevención de enfermedades las características generales del agua son muy importantes. Si quieres conocer qué pH tiene el agua de tu grifo, puedes medirlo a través de nuestro reactivo de pH.