En el estudio se destaca el impacto negativo de las botellas de plástico, tanto en la salud humana como en el planeta, debido a contaminantes como los microplásticos y el bisfenol A (BPA), presentes en muchas marcas de agua embotellada. Estos contaminantes pueden causar problemas de salud graves, como trastornos hormonales y enfermedades cardiovasculares. Además, el proceso de producción y desecho de las botellas genera una considerable huella de carbono y contaminación en los océanos.
En términos de regulación, el artículo señala que el agua del grifo en países de ingresos altos suele ser más segura que el agua embotellada, aunque muchos consumidores lo ignoren. La falta de regulación estricta sobre el agua embotellada, en contraste con el agua del grifo, plantea riesgos adicionales, ya que los fabricantes no están obligados a informar sobre la presencia de contaminantes en sus productos.
En el artículo destacan que entre el 10 y el 78% del agua embotellada contiene contaminantes, unas cifras que curiosamente nos resultan incluso bajas teniendo en cuenta la cantidad de alertas que hay por parte de los científicos sobre el agua embotellada.
Recordemos el estudio Rapid single-particle chemical imaging of nanoplastics by SRS microscopy (Español: Imagen química rápida de nanoplásticos de una sola partícula mediante microscopía SRS) que tan popular se hizo después de su publicación en enero de este mismo año y que alertaba acerca de la presencia de ya no sólo microplásticos, sino nanoplásticos, en el agua embotellada, llegando a mostrar resultados con la escalofriante cantidad de promedio de unos 240.000 fragmentos de plástico detectables en cada litro de agua.
Si quieres saber más acerca de este estudio, puedes leer todo sobre él en nuestro post Plásticos, plásticos everywhere! El terror de los nanoplásticos.